Petra, la ciudad rosa del desierto

Marta González Muñoz. 13/10/2011

Enclave arqueológico localizado en Jordania, Petra es  una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo. Su nombre, procedente del griego, significa piedra, y no de forma casual… Leyendas, libros y producciones cinematográficas han mantenido vivo el misterio, y hoy Eurídice quiere descubrir todos los secretos de “la ciudad perdida”.

Petra no es una ciudad construida con piedra, sino que estamos, literalmente, ante una ciudad excavada, esculpida y labrada en piedra. Localizada al este del estrecho valle de la Aravá, en medio de acantilados rocosos, Petra fue la antigua capital del reino árabe nabateo, y posee además una importante herencia de romanos y bizantinos. Hoy en día se sitúa a unos 200 km al sur de Ammán, la capital de Jordania.

Arenisca rosácea de "El Teatro"

El lugar está formado principalmente por arenisca roja y dorada, una roca dura y resistente cuya tonalidad, dentro de la gama de los rosas, es modificada caprichosamente por la luz. Esta roca está decorada a su vez con vetas blancas, naranjas, amarillas, verdes y grises.

Petra es la mayor atracción turística de Jordania, y su principal fuente de ingresos dentro de este sector. Los beduinos nómadas se han convertido en los guías turísticos de la zona; y por un módico precio, ofrecen a los visitantes paseos en burro, en camello, o a caballo, por los lugares más espectaculares de la ciudad.

La entrada a Petra se realiza por un sinuoso desfiladero rosáceo, cuyas paredes pueden alcanzar los 200 km de altura: se trata del Siq, un pasillo de algo más de un kilómetro que desemboca en “El Tesoro”, también conocido como Khasneh, el monumento al que casi siempre suele ir asociada Petra en la mente de quiénes no la han visitado, pero no es el único, y ni siquiera el más sorprendente.

"El Monasterio" o "Al Deir"

Si continuamos nuestro recorrido por el Siq, encontraremos la “calle de las Fachadas”, un conjunto de 40 tumbas esculpidas en la roca junto con un altar de sacrificios dedicado al dios Dushara, donde se pueden ver además los sumideros por los que fluía la sangre de los sacrificios. Al final de esta calle, hay un teatro construido en el siglo I, y ampliado por los romanos, con capacidad para unas siete mil personas, donde a día de hoy se siguen haciendo representaciones. Frente al teatro están las conocidas como “Tumbas reales”, mucho más importantes que las anteriores: unas cinco mil tumbas que decoran las paredes rojizas del valle.  



Tumba del Obelisco.

Dos construcciones destacan por sus peculiaridades; en primer lugar el templo Qasr al-Bint, una de las pocas estructuras que fue construida, y no tallada en piedra; y en segundo lugar, “El Monasterio” o Al Deir. Quizás por su gran tamaño e inmensidad, o quizás por los más de 800 escalones que es preciso subir a través del valle del Deir para acceder a él, se trata de una de las obras más estremecedoras de Petra. Desde arriba, se domina la ciudad, lugar único, recóndito, pero a la vez un libro abierto a la historia, la cultura y el arte, que se respira por todos los poros de las rocas sobre las que se erige.

Ninguna de estas palabras le hace justicia a una ciudad incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO (en inglés), y es que ya lo dijo Lawrence de Arabia, arqueólogo y escritor británico: “Nunca sabrás qué es Petra realmente, a menos que la conozcas en persona”

¿Sabías que…en Petra se rodó parte de la película de “Indiana Jones y la última cruzada” (vídeo)? El edificio de “El Tesoro” fue utilizado como escenario, aunque el interior que se muestra en el film no es el de dicha estructura, sino de un set elaborado en un estudio cinematográfico. Pero no es la única, otras producciones de Hollywood como "Mortal Kombat: Aniquilación” (vídeo en inglés subtitulado) o "El regreso de la momia" han aprovechado la majestuosidad de la ciudad para hacer sus decorados.